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Radón en edificación

El radón es un gas noble de origen natural que no tiene olor ni sabor. Se produce a partir de la desintegración radiactiva natural del uranio, que está presente en suelos y rocas. Este gas emana fácilmente del suelo y pasa al aire, donde se desintegra y emite partículas radiactivas, pudiendo penetrar en el interior de los edificios acumulándose en espacios cerrados y no ventilados.

La inhalación de radón por parte de los residentes puede llegar a causar cáncer de pulmón, siendo esta la segunda causa de este tipo de cáncer tras el tabaco. Los estudios epidemiológicos confirman que el radón en las viviendas aumenta el riesgo de cáncer de pulmón en la población general, que según la concentración variaría entre un 3% y un 14%. A día de hoy, no se conoce una concentración umbral por debajo de la cual la exposición al radón no suponga ningún riesgo, por consiguiente, las exposiciones muy bajas pueden dar lugar a un pequeño incremento en el riesgo de cáncer de pulmón.

Como se ha dicho, este gas se origina por la desintegración de uranio, por lo tanto el tipo del terreno es un factor importante así como su grado de permeabilidad que tenga. En suelos como el granito o la arcilla  nos encontramos gran presencia de radón en la superficie frente a arenas o basálticas.

El Código Técnico de la Edificación (CTE) ya incluye un documento para su cumplimiento para evitar esta contaminación mediante elementos de barreras o despresurizaciones del terreno. Aquí se crea y cuantifica la exigencia para limitar el riesgo de exposición de los usuarios a concentraciones inadecuadas de radón estableciendo un nivel de referencia para el promedio anual de concentración de radón en el interior de 300 Bq/m3.

El CTE ya ha creado una categorización para lidiar este problema para obras nuevas o rehabilitaciones clasificando el territorio en tres zonas:

  • Zona 0: Municipios en los que la presencia de radón no supone un peligro para la salud.
  • Zona I: Municipios en los que se ha estimado un nivel de radón presente en los edificios de Percentil 90 con 300Bq/m3.
  • Zona II: Municipios en los que se ha estimado un nivel de radón presente en los edificios de Percentil 90 con 400Bq/m3.

 

¿Cómo protegernos del Radón?

El Real Decreto 732/2019, de 20 de diciembre, aprobó la modificación del código técnico de la edificación en la que se incluye el nuevo capítulo HS 6 – Protección frente a la exposición del radón dentro del Documento Básico de Salubridad. En este documento se recogen las medidas de protección para las zonas comentadas:

  • Barreras de protección: Son sistemas, tanto verticales como horizontales, que debido a sus propiedades de estanqueidad impiden el paso del radón a través de ellas.
  • Cámara de aire ventilada. Este sistema se basa en la extracción (natural o mecánica) del radón que sale del terreno antes de que este penetre en el interior de los locales.
  • Despresurización del terreno. Consiste en la extracción del radón directamente desde el terreno, antes de emane a la superficie.
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