Eficiencia energética

Construimos casas de alta
eficiencia energética con consumo casi nulo

Construimos casas saludables y eficientes energéticamente, basadas en un diseño arquitectónico bioclimático, de consumo casi nulo en calefacción y refrigeración, que aportan a sus habitantes una alta calidad de vida y un importante ahorro energético.

Hogar saludable

Construimos todos los muros con cerámica, que es un aislante natural y es muy eficaz para aislar del frío y del calor, sus cualidades unidas a nuestros aislamientos, carpinterías y sistema constructivo hace que todas nuestras viviendas sean muy eficientes energéticamente. Esto significa que el consumo en calefacción y refrigeración es muy bajo.  Todo ello, junto con un sistema de renovación de aire con recuperador de calor con filtros de alta eficiencia, nos permite disfrutar de un hogar saludable.

Recuperador de calor

Opcionalmente, instalamos un sistema de recuperación de calor que asegura la calidad del aire y aporta un gran confort térmico y ahorro de energía. El recuperador de calor funciona mediante la combinación de dos ventiladores centrífugos de bajo nivel sonoro, donde uno de ellos realiza la extracción del aire viciado del interior de la casa hacia el exterior y el otro impulsa aire fresco del exterior hacia el interior de la casa. Los dos circuitos se cruzan sin mezclarse, en un intercambiador, donde el calor del aire saliente, se transfiere al aire fresco del exterior y lo calienta.

Sistema de muros de cerramiento eficientes

Los muros de la casa se construyen con pieza cerámica rectificada que duplica la resistencia térmica, al eliminar la junta de mortero tradicional, mejoramos la transmitancia térmica de la pared y eliminamos puentes térmicos, mejorando significativamente el coeficiente de la pared acabada. Además,  favorece su climatización natural gracias a su inercia térmica. La inercia térmica del muro consigue temperaturas interiores estables, que se traducen en eficiencia energética, con un menor consumo de energía en climatización.

Gracias a un espesor considerable de aislamiento térmico, las casas que construimos sufren una pérdida de calor muy limitada y las necesidades de calefacción son casi nulas. Sin puentes térmicos que produzcan pérdidas de calor.
En una construcción estándar, los ejes y las juntas donde coinciden dos materiales distintos dejan huecos entre sí, lo que produce una inevitable entrada de calor. En nuestras casas se cuida la estanqueidad al aire, impidiendo el paso del aire incontrolado del interior al exterior (o viceversa) mediante la interrupción de la capa de aislamiento o el sellado de uniones entre los diferentes materiales del edificio. Eficiente, tanto en verano como en invierno. El espesor del aislamiento térmico es mayor que en otras construcciones tradicionales, impidiendo que el frío en invierno y el calor en verano penetren al interior de la vivienda. En verano, el aislamiento extra en suelos, muros y techos permite reducir el intercambio o transferencia de calor entre el interior y el exterior.